31 de mayo de 2012

De pasada


Pasan y aguantan, conservan, continúan, duran, están.
Se mantienen, perduran, se sostienen... Permanecen, quedan, siguen, transcurren.
Yacen (inertes).
¿Qué perdura? ¿Las estrellas? ¿Los cantares?
¿Qué los mantiene unidos? No hay un hilo...
La cadena imaginaria que no es y se queda y sostiene el cuento.
Permanecer y ser. Tan distintas.
La quietud del ser perenne que se sostiene y dura y se mantiene. Y, a pesar de eso, no es más que en su mente: hologramas imaginarios de quietudes; aglomeraciones humanas que sólo están allí, en esos lechos perdidos y oníricos.
No son, no existen, no perduran, no se quedan. Lo demás sí: realidad volátil, efímera y liviana.


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